jueves, 5 de noviembre de 2020

De mariposas y cuñados


Estaba ya la primavera en su crisol
cuando una bella mariposa malva
posóse en la lisa cabeza de Marol,
a la sazón cuñado de solaz calva.
Pensaba hablar yo de mi cuñado mismo,
pero visto el jardín en que seguro entraba,
y pudiera alguien tacharme de cinismo,
ceñiré la vista baja cual si mariposeara.
No sabría terminar, créanme ustedes,
esta historia de raras concurrencias:
mariposas, cuñados…me entrometo.
Lo hago, ¡créanme!, Vuestras Mercedes,
para hacer divertimento de las ciencias
que tienen por doctor un vil soneto.
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