Quiero entender la desdicha
y que alguna forma de perdón
me reconstruya este linfoma que me nace
e impulsa voltajes de jardines negros
en la tensiones de mi mente...
Quiero urgir una mano que edifique
y quiero que nadie rompa la curiosidad de amar
y la estabilidad del beso
en el mullido arranque de la primevera.
Quiero ser paulatinamente una caricia
y entender la miseria pero no. No.
En algún fondo de mi río vertebrado
escucho voces que me cierran el puño,
que me invitan a asesinar esa música.
Pero no puedo hacer nada. Nada. Nada.
Sólo intentar entender el porqué de la desdicha.
lunes, 7 de julio de 2014
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