martes, 17 de noviembre de 2020

¿Qué me pasó?

 


 

De repente perdí la noche y la energía

y la pisada del ojo se fue de la playa,

no supe lo hondo del cráter que tenía

y alguien clavó en mis venas una valla.

 

Dicen que me fui en breve paseo,

que entre pinos se hizo negra la lectura;

dicen que, fluyendo, dio un rodeo

y la memoria degolló su arquitectura.

 

¿Qué me pasó? ¿Me abracé a las nubes?

¿Sufrí, quizá, una brisa de tormenta?

¿O, sin más, se echó la siesta la consciencia?

 

Suele ocurrir que cuando ves que bajas, subes

y cuando pasa el barbecho te das cuenta

que vivir, vivir, vivir, es como pedir audiencia.

 

jueves, 5 de noviembre de 2020

¿Perro o gato?

 

Cuando voy por la calle y veo un perro
que lleva muy ufano y pendenciero,
como lleva un cabestro su cencerro,
de la correa tirando a un caballero
la duda entra en mi cetrina mente:
¿quién arrastra a quien, si puede saberse?:
¿el hombre que, agobiado, tira mismamente
o el perro que, loco, ansía donde perderse?.
Es flagelo obsesivo que en mi anida
porque soy ciudadano a la observancia dado
y al sendero sinuoso del mentar sensato.
Pensándolo bien y sin correa servida
soy sensible y me quedo más prendado
del mullido silencioso que da el gato.
Manuel Mendez Acosta, María Ángeles G. Tábara y 4 personas más

De mariposas y cuñados


Estaba ya la primavera en su crisol
cuando una bella mariposa malva
posóse en la lisa cabeza de Marol,
a la sazón cuñado de solaz calva.
Pensaba hablar yo de mi cuñado mismo,
pero visto el jardín en que seguro entraba,
y pudiera alguien tacharme de cinismo,
ceñiré la vista baja cual si mariposeara.
No sabría terminar, créanme ustedes,
esta historia de raras concurrencias:
mariposas, cuñados…me entrometo.
Lo hago, ¡créanme!, Vuestras Mercedes,
para hacer divertimento de las ciencias
que tienen por doctor un vil soneto.
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