El golpe de
la niebla es duro y raro,
un rey mago
vestido de amargura,
revolcado y
vencido por el paro
y una
sórdida historia de negrura.
La fría
calentura del sin techo
en tétrica
argamasa hace noche,
y este ser
mudo y deshecho
se repite en
los temblores con derroche.
¿Mis
zapatos, de veras, interesan?
¿Qué tesoros
pondréis que yo no vea?
Sois los Reyes
del Dios que a mí me mata .
Esos males me
arruinan y procesan,
tienen hijos
que la vida pisotea
En esta noche de enero y cabalgata.
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