Ya no tengo
profundas emociones,
sólo risa
que ablanda la memoria.
Ya escondido
farfullo las canciones
y siento que
mi vida es otra historia.
Porque dudo
mirar y canto bajo
y me siento
una mona por no hablar,
por andar
nervioso en el trabajo
y hasta ser
un peligro respirar.
Y si
prohíben, sin más, las emociones,
si nos
quitan el cine y el teatro,
el bar de
Carlos y el ansia de besarte…
Yo no quiero
sentir las estaciones,
ni contar
hasta tres si tengo cuatro.
Para ser una
piedra…está la muerte.
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